Que opina usted? Factores de riesgo, éxito y fracaso en los Negocios - 17/09/2015 15:45:29
"Por: Cecilia López NicolásUno de los principales miedos de ser emprendedor, es saber si su idea es buena o no, si será viable como negocio o no. Por lo antes planteado, a continuación se muestran algunos factores de riesgo, éxito y fracaso que pueden influir en el futuro de un nuevo negocio.
Factores de riesgo
Riesgos comerciales: es posible que no exista mercado suficiente para mantener el negocio, que no exista tal mercado aun o que este esté en declive.
Riesgos tecnológicos: puede que el producto (ya sea un bien o servicio) no se pueda fabricar con las características deseadas, en las condiciones previstas, al ritmo requerido o con la calidad esperada y al precio previsto.
Riesgo financiero: puede que no se cuente con el recurso económico suficiente para poner en marcha el negocio, o para poder crecer al ritmo que el mercado lo demanda.
Riesgos sociales: existen posibilidades de que no se esté dispuesto a realizar ciertos sacrificios, que no se puedan constituir buenos equipos de trabajo, o que la familia no entienda el tiempo que se le destina al desarrollo y crecimiento del negocio.
Riesgos legales: puede que la fabricación del producto no sea legar o que los permisos solicitados para poder fabricar el producto lleguen tarde, o que la idea del producto ya este patentada.
Factores de éxito
Claridad de objetivos: significa tener bien claro a qué se dedica el negocio y adonde se quiere llegar, es fundamental para el éxito de una nueva empresa, no importa que tan modestos o ambiciosos sean los objetivos siempre y cuando sean lo más claros posible.
Conocimiento del negocio: no se debe querer aprender en el camino los secretos del negocio, por el contrario se debe adentrar en el tema central del negocio e investigar a fondo.
Diferenciación: esto quiere decir que se tiene que tender o procurar diferenciarse del resto de los competidores, de lo contrario se tendrán los mismos resultados que los demás negocios y es poco probable que se llega al éxito.
Orientación al mercado: un emprendedor debe estar constantemente atento para poder detectar fácilmente los cambios y necesidades esporádicos que pueda presentar su mercado.
Planificación: la parte de planear es importante, ya que debe llevarse a cabo con realismo y lógica, ya que es un proceso sistémico, el cual guía las actividades a realizar y si estas pierden el rumbo, el negocio estará en riesgo.
Factores de fracaso
Desconocimiento del mercado: en ocasiones resulta absurdo el establecerse en un mercado que se desconoce, ya que se tiene que conocer y comprender en que mercado está el negocio y como funciona.
Producto inadecuado (ya sea un bien o servicio): si el producto no cumple con los requerimientos del mercado, el producto es inadecuado y estará condenado al fracaso.
Errores de comercialización: el ser emprendedores no quiere decir que todos sean buenos comerciantes, por tal motivo se deben conocer las técnicas para la correcta comercialización de un producto, ya puede ser un excelente negocio, pero sin clientes no es viable.
Desconocimiento de las funciones de un negocio: es de suma importancia el conocer por muy mínimo, lo básico de los fundamentos de gestión de todas las áreas que componen un negocio.
Emprender un negocio lleva implícito diferentes riesgos que pueden llevar a la quiebra a un negocio, el emprendedor debe afrontara y asumir estos riesgos a través de una correcta toma de decisiones, si así se hace se pueden reducir riesgos e incrementar las posibilidades de éxito del negocio.
El emprendedor es el encargado de la toma de decisiones, que en su caso, sean buenas o malas decisiones, estas guiaran al futuro de la empresa.
Fuentes de información
E, (2008). Gravitar. Recuperado el 29 de agosto de 2015 en www.gravitar.biz/tecnologia_negocios/4-factores-exito-proyectos-ti/
S. (2010). Mujeres de empresa. Recuperado el 28 de agosto de 2015 en www.mujeresdeempresa.com/factores-de-exito-y-de-fracaso-de-una-idea-de-negocio/
Hambrick, D. C. y Lei, D. (1985). "toward a empirical priorization of contingency variables for business strategy". Academy of management journal, vol, 28, pp. 763-788.
(2015). Cámara de comercio e industria de Madrid. Recuperado el 20 de agosto de 2015 en www.promocion.camaramadrid.es/Principal.aspx?¡demenu=2&¡dsubmenu=11&¡dapartado=4
Schnalensee, R. (1985): "Do Markets Differ Much", american econimic review, vol. LXXV, pp. 341-351.
Vecina Vergés, J.M. (1997): "Emprender con excelencia, factores de éxito de las nuevas empresas", iniciativa emprendedora, ed. 5, pp. 45-48.
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Interesante, Gestión de la incertidumbre: 6 claves para integrarla en la organización. - 28/07/2013 8:09:46
" Gestión de la incertidumbre.Por Juan Sobejano.
Sintetia.
¿Saben qué pasará mañana? ¿Y la semana que viene? ¿Y el mes que viene? ¿Saben qué va a pasar el año próximo? ¿Y eso les angustia, les excita o les motiva? Seamos honestos, la incertidumbre es interesante si la podemos mantener en un entorno controlado.
Una película necesita incertidumbre, un libro de narrativa también, pero estos son ejemplos de espacios acotados y que sabemos que tienen un principio y un final. Son entornos donde la incertidumbre tiene un papel, pero donde asumimos la certidumbre del final cierto.
¿Y fuera de esos entornos? ¿Nos interesa la incertidumbre? Bueno, según y cómo. Dice Zygmunt Bauman en una entrevista en La Vanguardia que "la única certeza es la incertidumbre". Aparte del juego de palabras al que son muy aficionados muchos escritores y pensadores, es cierto que la experiencia nos demuestra que hacer previsiones esperando que se cumplan al 100% es un error y una pérdida de tiempo.
Socialmente estamos viendo cómo años de estabilidad (aparentemente no demasiado sólida pero estabilidad desde el punto de vista psicológico) está rompiéndose en un espacio de tiempo muy corto. Esto crea inestabilidades, miedos e inseguridades que afectan al mercado. La incertidumbre de no saber cómo y cuándo va a acabar esta crisis afecta al mercado, que se paraliza y se vuelve inestable.
En realidad el ser humano busca la certidumbre, trata de proyectar su vida al futuro para saber qué es lo que éste le depara y no tener sorpresas. El ser humano trata de gestionar su vida desde lo conocido. La certidumbre, en estos casos supone un colchón que mitiga la inestabilidad del cambio no querido o esperado.
La sorpresa se ve como un hecho desagradable si no trae consigo un significado que implique control: podemos asumir la sorpresa de un cumpleaños, incluso la sorpresa de un ascenso, pero no la de un despido porque éste implica un cambio de esquemas y una pérdida de control del entorno en el que vivía.
Un consejo para los que estén buscando ideas para los negocios: vendan certidumbre, como lo empaqueten es cosa suya.
Sin embargo económicamente la incertidumbre tiene un valor, forma parte del mercado incluso como producto. Por un lado están las bolsas, que viven de la incertidumbre, de la apuesta por el futuro. Por supuesto, los operadores tratan de mitigar esa incertidumbre a través de análisis, estudios e informes, pero si se perdiera esa incertidumbre la bolsa no tendría mucha razón de ser.
Luego están los que tratan de vender que son capaces de mitigar esa incertidumbre, los consultores y asesores que son contratados porque los empresarios, autónomos o emprendedores se encuentran en un entorno que no comprenden o que son incapaces de gestionar. Por supuesto no estoy en contra de los consultores y asesores (de hecho soy uno de ellos), ni tampoco de que el que la necesite pida ayuda. Sin embargo, y esto me parece importante, creo que estamos minusvalorando el valor de la incertidumbre. Ahora volveré a ello.
La gestión empresarial también muestra indicios de ese deseo de control. Los modelos de negocio van en la dirección de controlar no sólo a la propia empresa, sino también el entorno. Cuando Michael Porter, por ejemplo, habla de las 5 fuerzas del mercado lo que está tratando es de conocerlo para dominarlo. Es normal y lógico, porque la incertidumbre cuesta dinero, no conocer el entorno es peligroso, y no estar preparado para dar respuestas rápidas te puede sacar del mercado.
Hemos de tener en cuenta, sin embargo, que esa capacidad de conocimiento, control y predicción se está perdiendo.
En una era en la que el conocimiento es muy fácil de conseguir y al que es muy fácil acceder, nos encontramos con un entorno inestable, lleno de caras, como un poliedro, como diría mi amigo Manel, en el que surgen constantemente nuevas teorías y enfoques que nos alejan de una comprensión unívoca de la realidad. Hay tantas formas de estar en el mercado y caminos hacia el éxito o el fracaso como empresas y proyectos.
Pero como he dicho antes, la incertidumbre, un cierto grado de incertidumbre, no sólo no es malo, sino que permite un desarrollo más adecuado e interesante de nuestras empresas y proyectos. La incertidumbre nos mantiene alertas, nos obliga a improvisar y a mejorar constantemente nuestras capacidades, nos hace trabajar e idear out of the box, y nos hace más dinámicos.
Gestionar la incertidumbre implica aceptar los fallos como parte de nuestros procesos de gestión, asumiendo que son un elemento fundamental de mejora. El error aparece como un resultado no deseado, una acción o gestión incorrecta que rompe la certidumbre de un resultado adecuado y deseado. Lo que pasa es que en ocasiones ese error abre puertas a otras proyecciones, a cambios en escenarios futuros que posiblemente no hayamos sido capaces de ver pero que pueden ser muy interesantes para nuestros proyectos.
La gestión de la incertidumbre ha de ser implantada en las organizaciones, estando preparados para su llegada y dejando espacios de indefinición. La innovación bebe de la incertidumbre, del desconocimiento del alcance de los proyectos innovadores que comenzamos. Empresas abiertas e innovación abierta son magníficas herramientas para integrar la incertidumbre dentro de nuestras empresas sin que genere una explosión descontrolada de ellas y dentro de ellas.
Los modelos abiertos de gestión, favorecen la posibilidad de sacar el máximo partido de la incertidumbre. La incertidumbre ayuda a las empresas a aprender, pues les obliga a estar constantemente adaptándose a nuevos escenarios y a prever múltiples variantes.
Ahora bien, ¿cómo la gestionamos de manera formal, material? La primera pregunta que deberíamos hacernos, tal vez, es si la incertidumbre se puede gestionar. ¿Cómo gestionar lo incierto? ¿Cómo gestionar lo que no sabemos si existe o no? Creo que hay varias claves para integrar la incertidumbre dentro de nuestras estructuras
Conocimiento. Es importante conocer, saber para dar respuestas correctas a modelos nuevos, a escenarios nuevos.
Out of the box. Ese conocimiento no puede ser el tradicional, no podemos seguir respondiendo con criterios tradicionales cambios imprevistos e impensables hace unos años.
Flexibilidad. Debemos estar dispuestos a cambiar estructuras físicas y mentales, a olvidar normas que se han mostrado inútiles y carentes de validez.
Apertura. Rompiendo los límites de la empresa, rompiendo nuestros propios límites mentales de modo que nos permitan encontrar soluciones en entornos y fuentes distintas a las habituales.
Cambio. Integrar el cambio como parte normal de la empresa, como forma de gestión. Sólo las organizaciones que están dispuestas a cambiar están en disposición de sobrevivir.
Error. Como elemento clave de la incertidumbre, pues la crea y le da sentido al ayudarnos a aprender de ese error.
Estamos en un momento en el que sólo nos cabe convivir con la incertidumbre, adecuando nuestras organizaciones a cambios constantes y a veces desconocidos. Los mercados que antes nos parecían maduros y estables están cambiando o desapareciendo. Y nuevas formas de comercialización, de gestión y de acceso a mercados están apareciendo sin que a veces lleguemos ni a comprenderlas.
Podemos luchar por el control, pero el control se nos va a escapar como el agua. Tal vez sea más inteligente convivir con la incertidumbre y tratar de sacar el máximo partido de ella.
JUAN.SOBEJANO
24 julio 2013 24 julio 2013
Sobre el autor:
Juan Sobejano
Fundador de Innodriven
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Es Noticia, Claves para triunfar como un profesional autónomo - 24/08/2015 9:45:00
Convertirnos en autónomos es una decisión que, aunque ilusionante, está cargada de muchos puntos que trabajar y muchas horas de planificación, dedicación y esfuerzo para convertir nuestro proyecto en una realidad exitosa.
Ser nuestro propio jefe y manejar nuestras propias decisiones laborales es toda una satisfacción, pero conlleva un camino no sin ciertas dificultades. Para ello, os queremos ofrecer varias claves que os ayudarán a emprender ese camino de la mejor forma posible.
Emprender un negocio es algo laborioso y requiere de mucho esfuerzo y trabajo. Para afrontarlo necesitamos tener una actitud positiva y luchadora, y esto incluye que al más mínimo resbalón, nos pongamos en pie y continuemos con nuestro proyecto.
La decisión de emprender no es algo que surja de la noche a la mañana, por lo que probablemente la hayas meditado mucho y haya más de una razón que te lance a hacerlo. Agárrate a esas razones y no dudes en que si no confías en ti mismo, nadie lo hará.
Asegura cada paso que dasAyúdate de planes de marketing y planes financieros que te den una perspectiva de que cada paso que das, está respaldado por un motivo que indica que ese es el camino a seguir.
Déjate asesorar, ayudar, ya sea por profesionales como por familiares y amigos. El emprender no es sólo poner en marcha un negocio, es aprender y obtener conocimientos durante un camino en el que todo lo que adquieras lo puedes aplicar directamente a tu proyecto.
Por otra parte no obvies el tema financiero: necesitarás una inversión inicial que amortizar posteriormente, y para ello no dudes en buscar productos como los préstamos para empresas que están totalmente diseñados para asegurar la inversión económica inicial.
Trabaja tu propia marca desde el minuto ceroTu empresa es una extensión de ti. Es tu creación, tu sueño hecho realidad, tu afición… Sin que por ello se convierta en una obsesión, debes trabajar día a día este sentimiento de marca y dejarlo ver.
Es por ello por lo que es importante que trabajes el branding, la presencia en redes sociales, y te muevas por ambientes donde exhibir tu marca. No esperes a culminar el proyecto para comenzar estas tareas, ya que la presencia es algo que se trabaja a fuego lento y no se consigue de un día para otro.
Sobre todo… ¡Disfruta!Está más que demostrado que un buen trabajo es aquel que se realiza con entusiasmo. Y para que algo te entusiasme te tiene que gustar y disfrutar con ello.
Tu empresa requiere mucha atención, y si la prestas de mala gana, repercute en el trabajo. Nunca pierdas el entusiasmo inicial, mantenlo y pregúntate constantemente si lo que haces te hace feliz. Si no es así, cambia aquello que no te permite disfrutar.
La vida del emprendedor y sobre todo a los inicios, es una constante montaña rusa. No podemos esperar ganancias inmediatas ni ver rentabilidad en un corto plazo, pero sí que todo lo que hacemos, todo lo que gastamos y todo lo que reflejamos, es fruto de nuestra pasión. Esa es la mayor clave que nos llevará al éxito.
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